Haciendo amigos

¿Haciendo amigos?

No tengo la impresión de que el debate, la discrepancia, el espíritu crítico o el pensamiento libre sean valores socialmente reconocidos. Ni siquiera tolerados. Pero es lo único que tenemos para enfrentarnos al pensamiento único, a la versión oficial, a la presión social inducida por el poder, a los medios de comunicación sometidos, a la intelectualidad de pesebre, a los baboseantes afectos al régimen, al caciquismo de tractor o de mercedes ...

Este blog es un órgano de expresión personal que va más allá del subjetivismo y que tan sólo pretende aflorar una opinión, una sensación, un comentario ante retazos de la realidad que cada día pasan ante mis ojos.

¿Hacer amigos? Seguro que no es un blog que no rehúye polémica alguna el medio más adecuado para ello.

sábado, 20 de agosto de 2016

¿Policía local o guardia pretoriana al servicio del alcalde?

Creo mi deber no abusar del tiempo de quienes tienen la deferencia de leerme y por ello me veo en la obligación de avisar, en este punto, que la policía local a la que se refiere este artículo es la de Lleida y que el alcalde es Ángel Ros.

Dicho lo cual, y aclarado que no es el intramundo oscense el escenario de nuestra historia, os cuento:
Sábado 20 de Agosto. 18 horas más o menos. Lleida, frente edificio municipal. Tres jóvenes están solicitando firmas exigiendo la absolución y (entiendo o) la retirada de la denuncia que Ángel Ros, alcalde ilerdense ha  interpuesto contra Pablo Hasel y Cíniko. 

Todo ello tiene su punto de inicio, según los datos que tengo, en esta canción cuyo enlace inserto a continuación.





RECOPILEMOS:
1.- Pablo Hasel y Cíniko interpretan un tema musical. Correcto. Eso se llama libertad de expresión.
2.- Ángel Ros interpreta que la canción es lesiva para su persona y presenta una denuncia. Correcto también en principio, sobre todo si los fondos necesarios para llevar adelante el trámite judicial son fondos personales. Más discutible, por no decir absolutamente fuera del menor referente ético si se desvían fondos públicos para ello.
3.- Un grupo de personas se solidariza con los denunciados e inician acciones solicitando la retirada de la denuncia y/o la absolución. Hecho no sólo correcto sino totalmente plausible por la participación política y social de personas, muy jóvenes además, que ello implica. Un compromiso muy superior a votar mecánicamente cada cuatro años; y menos cómodo, añado.

Hasta aquí todo relativamente normal, entiendo. Un conflicto con la libertad de expresión como eje troncal, y con la omnipresente Ley Mordaza como espada de Damocles, compensada con la actuación de gente solidaria.




Lo jodido, lo estúpido, lo rematadamente fuera de lugar se produce sobre las 20 horas cuando , al reencontrar a los activistas, me veo a la Guardia Urbana identificándolos. Entendámoslo bien: pidiendo la documentación a tres jóvenes cuyo delito es recoger firmas de forma tranquila, pacífica y sin meterse con nadie. La Guardia Urbana, al menos la que está de servicio esta tarde de Agosto, con el muy motivado que porta el número de placa con el doble ocho al frente,  conoce sobradamente la razón por la que están allí y lo que eso molesta a su jefe. Nada puede explicar, sino el intento de amedrentamiento, esas identificaciones.
Amedrentamiento que pretenden hacer extensivo a ciudadanos que realizan decenas de fotos con sus móviles, siendo uno de ellos identificado también. Y amedrentamiento que no obedece a una acción policial preventiva ante el riesgo de ABSOLUTAMENTE NADA, sin la menor alteración de ese concepto tan partidista del orden público, sin obstáculo alguno al tráfico peatonal, sin ocupación de suelo público, sin resistencia a una autoridad digna de mejor causa...

La cosa no termina allí. La GU fotografía unos carteles que portaban los jóvenes y, no contentos con ello, los requisan alegando que deben estudiarlos más detenidamente. Supongo que la GU de Lérida debe tener una sección de diseño gráfico o de crítica artística. ¡¡INCREÍBLE!!

Seguramente la GU de Lleida tiene funciones que hacer. Funciones alejadas de lo que, a todas luces, no es sino un acto represivo de esos que los estudiosos llaman de baja intensidad y cuyo fin es el imponer la autocensura y el temor a aquellos hombres y mujeres que, aún hoy en día, se esfuerzan en mantener una pizca de dignidad ante tanta mediocridad, resignacióny sometimiento.

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