Un año más volvemos a Huesca para protestar contra esa lacra llamada tauromaquia. Una lacra que nos avergüenza. Un lastre que nos retrotrae a épocas pasadas que quisiéramos olvidar y que nos ridiculiza como sociedad mas allá de nuestras fronteras.
Un año más volvemos a Huesca, como venimos haciéndolo desde 1998,incansablemente, para dar voz a los que no la tienen, a todos esos animales inocentes a los que se les infringe un sufrimiento espantoso dentro de las plazas de ASESINAR toros para que una minoría se divierta, otros se llenen los bolsillos de dinero público y otros simplemente tengan un aliciente para salir a merendar y a emborracharse en público.
Hemos vuelto con más fuerza que nunca tomando las calles de Huesca y llenándolas de indignación, espoleados por la injusticia.
La injusticia que año tras año se comete con esos toros, becerros, novillos y vaquillas que son humillados, torturados y asesinados durante las fiestas patronales de nuestros pueblos y ciudades.
Y la injusticia que se cometió con dos de nuestros compañeros el año pasado cuando fueron multados por el Ayuntamiento de esta ciudad por colocar unas pegatinas en mobiliario urbano, en un acto que no dudamos en calificar como venganza y represalia, por dejar en evidencia esos políticos que se comprometieron a reducir el número de festejos taurinos en Huesca durante la anterior legislatura.
Esos políticos que todavía no se sabe si han cobrado las tasas correspondientes a la empresa Tauroemoción por la colocación de carteles taurinos en toda la ciudad.
Esos políticos que no tuvieron, ni tienen palabra.
Las multas finalmente se pagaron. Sin usar el dinero de las famosas subvenciones que según los taurinos recibimos.
Taurino, a ver si de una vez te enteras; nuestro banco se llama EMPATÍA. Y nuestras subvenciones se llaman compañerismo, generosidad, y solidaridad.
Vamos muy sobrados y sobradas al respecto. No como tú taurino.
Hablando de subvenciones…Queremos hacer hincapié en la subvención que las Peñas Recreativas de Huesca reciben por parte del ayuntamiento para que vayan a merendar con sus charangas a la plaza de asesinar toros durante las fiestas de San Lorenzo. Hablamos de los derechos sobre las taquillas de vaquillas y rejones, y hablamos de los 8.500€ que cada una de esas peñas exigió al ayuntamiento en 2018.
Eso sí que es subvención.
Desde aquí, gritamos y gritaremos bien alto:
¡Basta ya de dilapidar dinero público en tortura!!
A lo largo y ancho del estado, miles y miles de euros de dinero público que podrían ir destinados a financiar proyectos de interés general, se dedican a cerrar las bocas y a satisfacer el sadismo de una minoría.
Esa minoría egoísta y corta de miras que se siente representada por rancios e intolerantes políticos reaccionarios que llevan el maltrato animal por bandera, y a los que no ha dudado en colar en todas las instituciones en un intento desesperado por evitar lo inevitable: el fin, tanto de la caza, como de la tauromaquia.
Taurino, te ves crecido con el apoyo de esos casposos políticos.
Pero aún así no paras de lamentarte y de lloriquear, porque a pesar de tener a leyes y políticos de tu parte, eres consciente de que el rechazo que la mayoría de la sociedad siente hacia la Tauromaquia crece día a día.
Disfruta de tu particular “canto del cisne” , taurino. Ambos sabemos que la tauromaquia, tu sádica afición, morirá lentamente, boqueando sangre entre estertores, como lo hacen las inocentes víctimas que mueren en las arenas de vuestras plazas de asesinar toros.
Por último, queremos lanzar un mensaje a nuestros compañeros y compañeras de batalla, al movimiento animalista:
Se ciernen sobre nosotros, tiempos de incertidumbre y retroceso en los que es posible que en muchos municipios veamos cómo la mayoría de los logros conseguidos hasta ahora en materia de bienestar animal se vayan al traste…
Pero aún peor lo tienen los animales. A muchos, este retroceso les va a costar lo único que tienen: su vida.
Es por ello que desde aquí os lanzamos un mensaje apelando a la unidad y para que no cunda el desconcierto, el desencanto y el desaliento.
Toca apretar los dientes, compañeros y compañeras. Toca salir masivamente a las calles. Toca seguir luchando por ellos, por los inocentes, como siempre, incansablemente, sin dar nuestro brazo a torcer, sin dar ni un paso atrás.
Hoy hemos vuelto a Huesca a gritar a los cuatro vientos, digan lo que digan y le pese a quien le pese, que Huesca no ha sido, ni es, ni será taurina.
Y no os quepa duda de que volveremos una y otra vez hasta conseguir nuestro fin, que no es otro que la abolición.
¡TAUROMAQUIA, ABOLICIÓN!
Mientras que nos manifestamos un animal está sufriendo y agonizando. El ruido de la música esconde sus quejas y sufrimiento y no solo es la fiesta sino que la tauromaquia es carta blanca al maltrato animal cuando se trata de negocio y diversión.
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