Haciendo amigos

¿Haciendo amigos?

No tengo la impresión de que el debate, la discrepancia, el espíritu crítico o el pensamiento libre sean valores socialmente reconocidos. Ni siquiera tolerados. Pero es lo único que tenemos para enfrentarnos al pensamiento único, a la versión oficial, a la presión social inducida por el poder, a los medios de comunicación sometidos, a la intelectualidad de pesebre, a los baboseantes afectos al régimen, al caciquismo de tractor o de mercedes ...

Este blog es un órgano de expresión personal que va más allá del subjetivismo y que tan sólo pretende aflorar una opinión, una sensación, un comentario ante retazos de la realidad que cada día pasan ante mis ojos.

¿Hacer amigos? Seguro que no es un blog que no rehúye polémica alguna el medio más adecuado para ello.

lunes, 29 de abril de 2019

De momento, al menos, no han pasado...

Resaca de datos, cifras y porcentajes...
Borrachera de éxito en algunos (Memento mori, Petrus), búsqueda de excusas justificatorias en otros y desconexión absoluta de la realidad en los más. Un poco lo de siempre si no fuera por el llamado fenómeno VOX.

"Dios y yo en la cámara seremos mayoría", declaraba un Blas Piñar eufórico en el año 1979 cuando su formación (FUERZA NUEVA) alcanzó los votos suficientes para hacerlo diputado. Su fé, a tenor de lo expuesto, debía ser grande; no así los conocimientos matemáticos de este, entre otras cosas,  notario, que vio pasar la legislatura sin dejar huella más allá de unos discursos que sus nostálgicos rescatan de vez en cuando. Eso, si exceptuamos la disolución el 20N de 1982 de esta organización de carácter franquista.
De su conversión a publicación de periodicidad diversa y su nula influencia en la ultraderecha del país, fragmentada en facciones enfrentadas entre sí o , directamente, fagocitada por la Alianza Popular, , ¿para qué recordar?
Esta corta aventura fue la única vez que la ultraderecha como tal (si exceptuamos ocasiones en las que iba empotrada en partidos de carácter conservador que, entre otras características, jamás condenaron la dictadura emanada del golpe de estado de1936).
Eso sí, en cualquier cabina electoral, en infinidad de ocasiones hemos podido observar papeletas flechi-enyugadas y curiosidades de ese tipo, si bien de relevancia nula a no ser que seas coleccionista de rarezas. 



Y los hay que aún recordamos el mítin que, en el ya lejano mayo de 2011, protagonizara el yerno del anteriormente mencionado, Rafael López Diéguez, en las Pajaritas de Huesca al objeto de participar en la campaña de elecciones municipales, promocionando AES  (Alternativa Española).
La aventura AES recopiló 100 votos en Huesca, lo que provocó la euforia de un conocido personaje de la ciudad, vinculado al fútbol profesional y , parece ser, uno de los promotores de la candidatura, en esos momentos unido ideológicamente a AES; aunque últimamente, y por declaraciones del mismo, debe sentirse más cercano a VOX.
Rafael López Diéguez, su formación y otras análogas han vuelto a ser de actualidad esta temporada por negarse a coaligarse con VOX de cara a las europeas del 26 de Mayo de este año. La definición de VOX como fanáticos ultraconstitucionalistas (de la constitución sin Dios, dicen) parece estar en la base del desacuerdo, si bien ese virus del constitucionalismo acrítico parece haberse extendido a todo el arco parlamentario, siendo un ejemplar de la citada norma libro de cabecera de diferentes líderes que, a modo de predicadores que salpican su discurso de citas bíblicas, no parecen ser capaces de hilar un discurso coherente sin referirse una y  mil veces a ella.



En fin, a lo que vamos que llevo ya varios párrafos de preámbulo.
Estas elecciones se han postulado, desde los sectores de izquierda, como una especie de ... (cruzada, toque a rebato, generala...) con el fin primordial de evitar que Vox (la ultraderecha del siglo XXI) inundara Congreso y Senado, y España se sumara al resto de Europa donde estas ideas comienzan a tener predicamento parlamentario. Y, es cierto, han tenido éxito en cuanto a que han disparado la participación, han descubierto la no existencia de un voto oculto a las gentes de Vox y han evitado una auténtica oleada de sillones verdes. Debemos contentarnos con que han sido sólo 24 y no los 60 ó 70 prometido/amenazados.
Pero no nos engañemos. Esto ha sido la primera fase de la crecida de un río. Se ha contenido ese primer embate a base de barricadas de sacos terreros, colocados con mayor o menor improvisación. Podemos decir que se ha salvado la primera embestida, pero esos 24 parlamentarios del odio verde son una vía de agua importante que puede, seguro que lo intentará, anegar casas, calles, plazas e instituciones.

La segunda oleada llegará en breve. En poco menos de un mes. Al parlamento andaluz, seguido luego del parlamento español, pueden sucederle multitud de vías de agua (ayuntamientos, otras sedes parlamentarias, Europa...) que potencien la presencia y el mensaje de quienes reducen todo su programa político a un envolverse enfermizo en banderas que, una vez blanqueadas de su tétrico pasado reciente por virtud de una constitución aún no suficientemente cuestionada, se convierten en síntoma de discriminación, en un recitar, copa de vino en mano, casi quevedesco, del poema falsamente atribuido a Diego Hernando de Acuña (1), en un solemne entonar el cuplé solemne de hermosa belleza necrófila o en un agitar desbocado de cruces de Borgoña.

La segunda oleada traerá, tras el tremolar de bicolores, la defensa de nuestras fronteras contra enemigos que huyen de la miseria y la guerra y se encuentran la más absoluta desesperanza, el orgullo del trabajo con personas a las que se les criminalizará, aún más, el derecho a la huelga, los servicios sociales entendidos como caridad, el planeta como terreno de juego de intereses sostenibles o no,  los animales como objeto de disfrute macabro, la mujer como complemento a la vida del macho y la religión como palio bienhechor que todo lo justifica.

Y eso será así a no ser que, de una vez por todas, nos encontremos con un gobierno decidido y valiente dispuesto a marcar diferencias con lo que hemos tenido desde la transición. Un gobierno, no entro en su composición, decidido firmemente a eliminar leyes mordaza y a imponer legislación punitiva contra el (los) revisionismos históricos tan en boga y la cultura del odio y el enaltecimiento de los genocidios. Un gobierno fuerte que establezca la dignidad del Trabajo en las condiciones laborales que lo sustentan, con una reconocida deferencia hacia la clase trabajadora, la sustentandora del artificio político. Un gobierno valeroso que proteja adecuadamente a mujeres y menores, que enfrente sin complejos temáticas de igualdad y que apueste por mucho más que por fotografías alejadas del estereotipo de "campos de nabos". Un gobierno que contemple la discapacidad como una forma de vivir tan digna como cualquier otra y la eutanasia como una digna forma de poner fin a una vida que ya no se desea. Un gobierno, en definitiva, que resucite la utopía y la haga posible. Un gobierno que, y tomo aquí prestado uno de los lemas del facherío nacional, "NO PIDA PERDÓN".

Un gobierno, en suma, secundado por su pueblo; un pueblo que no tema defender esas líneas básicas de vida en todos los foros que sea preciso. Calles y plazas incluídas. Un gobierno como nunca hemos tenido. Y un pueblo como el que no hemos visto desde hacé décadas.

Porque si eso no es así, mucho me temo que los embriones del neofascismo seguirán creciendo hasta el momento en el que poco o nada se pueda hacer ante ellos. Porque vienen a por todos/as.





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(1) El brindis a los Tercios de Flandes, viralizado en una breve y teatral arenga por Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, no tiene su origen en el siglo XVI o XVII como muchos creen. Ni pertenece a Félix Lope de Vega o al también poeta y militar Hernando de Acuña, así como no procede del capitán de los tercios Diego Acuña Carvajal, pues este ni siquiera existió. El fragmento, en concreto, forma parte de una obra de teatro de Eduardo Marquina, autor de finales del siglo XIX, titulada «En Flandes se ha puesto el sol».

Dice así:
No os preguntarán por mí,
que en estos tiempos a nadie
le da lustre haber nacido
segundón en casa grande;
pero si pregunta alguno,
bueno será contestarle
que, español, a toda vena
amé, reñí, di mi sangre,
pensé poco, recé mucho,
jugué bien, perdí bastante
y, porque esa empresa loca
que nunca debió tentarme,
que, perdiendo ofende a todos,
que, triunfando alcanza a nadie,
no quise salir del mundo
sin poner mi pica en Flandes”.
“¡Por España!
y el que quiera defenderla
honrado muera;
y el que traidor la abandone
no encuentre quien le perdone,
ni en Tierra Santa cobijo,
ni una Cruz en sus despojos,
ni la mano de un buen hijo
para cerrarle los ojos”.





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