De todo ello, hay una lección clara a consignar: eso que llaman el órdago (jugada máxima en el mus; estos vascos, siempre estos vascos...) independentista ha hecho retratarse el imperfectísimo y lleno de tentaciones autoritarias régimen heredado del hereu del dictador. A lo Dorian Gray.
De tal modo que, como comentaba Sergi (amigo y compañero a pie de una fosa de las rellenadas por los abuelos de los que mandan hoy) en Cataluña ya no se lucha ni por el referéndum ni por la independencia. Se lucha por los derechos civiles.
Y de no caer en tentaciones maximalistas. Ya tuvimos exceso de carniceros de ciudades en épocas no tan pasadas.
NOTA a título muy personal. Sergi, Cris, Pilar, Antonio, Quim (y núcleos familiares y amicales): Os queremos y os echamos de menos. Desde la preocupación (estáis en primera línea) y el afecto, ¡adelante sin reblar!
Pero me disperso. A ver si me centro.
20.09.2017.- 20:00 horas.
La concentración no ha empezado.
Poco más de media docena de CNPs se aproxima al centro de la misma y pregunta por los organizadores. Al no haber ninguno que se defina como tal, optan, de manera aleatoria, por identificar a algunos ciudadanos/as. Aquellos que han traído una bandera aragonesa, quizás en presunción, por parte del que los requiere, de responsabilidad en la concentración.
En ese momento, se acerca un ciudadano al jefe del operativo y le dice que aquí está mi DNI también, en gesto solidario secundado inmediatamente por parte de los concentrados.
Parece ser que la concentración no ha sido comunicada. La comunicación previa es un trámite que, en ocasiones, puede obviarse: cuando los hechos que provocan tal concentración son recientes y graves, por ejemplo. Esta ciudad está llena de dichas excepciones: casos de acciones terroristas (políticas o machistas), expresiones de alegría futbolera y otras... Sería estúpido esgrimir plazos o trámites no cumplidos.
Si el espíritu de esa norma (es mucho decir a tenor de lo observado) es la salvaguarda de los derechos de expresión, y otros, tanto de concentrados como de ciudadanía en general, esta vez se ha lucido y bien la persona que ordena identificar a nadie; entiendo, por eso de la cadena de mando, que es la subdelegada de gobierno.
El caso es que tenemos a los policías tomando datos, en medio de un silencio poducto del estupor ante lo impropio de la situación; como siempre, el literario acto se argumentará con la excusa del cumplimiento de órdenes y la falta, absolutamente justificada, de un trámite burocrático cual es la COMUNICACIÓN, que no la solicitud de permiso. Espero, y así lo hago constar en este momento, que Mª Teresa Lacruz (subdelegada gubernativa) que, en infinidad de ocasiones (por sí misma o por funcionario a sus órdenes interpuesto) ha demostrado flexibilidad en cuanto a plazos y requerimientos formales para este tipo de actos, entienda que no procede sancionar de manera alguna a ninguna de estas personas. Por no haberse producido alteración alguna y, sobre todo, porque es de justicia y el principio de autoridad no debe defenderse (cuando debe defenderse así, habría que ver cuales son las cualidades de esa principio de autoridad) con medidas que pueden ser claramente contraproducentes.
Pues nada, que la policía abandona el lugar (los que hacen puertas, seguirán haciendo puertas, los que vigilan lo que escribe Esteban seguirán rastreándolo por las redes...) entre vivas a la libertad de expresión y somardeo de aplausos.
Afortunadamente, se van sin ordenar disoluciones.
El efecto , entiendo que deseado, por parte de quienes los mandan ha sido cumplido: parte de la ciudadanía oscense se ha visto privada de su derecho a expresarse. Lo que no ha ocurrido, que yo tenga noticia, en la concentración gemela de Zaragoza, por ejemplo.
NOTA FINAL: Mi respeto a quienes entienden que el ejercicio de derechos no tiene por qué ser comunicado previamente a nadie.
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